Descripción
Tsunami mediterráneo
Aunque Pablo Cervantes es conocido por haber sido el compositor de la última etapa de José Luís Garci, desde que debutara en la música cinematográfica en el año 2000 con You’re the one, hasta Holmes & Watson: Madrid Days, del 2012 (y con quien obtuvo una de sus tres nominaciones al Goya en 2005 por su partitura para Ninette), trayectoria que Rosetta se ha encargado de reflejar editando un completo recopilatorio dedicado a la trayectoria de ambos, también ha desarrollado su propia carrera profesional diversificándola entre las series televisivas de ficción, las de carácter documental y, por supuesto, otras producciones cinematográficas. Entre los documentales, destaca su labor en algunos de cariz social como Deportados, 1969 (2011) y, sobre todo, 30 años de oscuridad (2012), ambos relacionados con la posguerra española, aunque en diferentes momentos de la dictadura franquista. Pero Cervantes también se ha encargado de otros de cariz histórico, como Expulsados 1609, la tragedia de los moriscos (2009), así como alguno de características promocionales, como su participación en algunos episodios del conocido programa de divulgación de la comunidad andaluza, Destino, Andalucía, además de haber trabajado en el mismo 2017 para otro documental más, como La dama del cuadro. Con esta trayectoria, en la que el compositor demuestra “tocar todos los palos”, no es de extrañar encontrar a este sevillano al frente de la música de una película documental que alerta sobre las posibilidades reales de sufrir un cataclismo sísmico que provocaría la “gran ola” del título y que arrasaría una gran parte del suroeste peninsular.
Este trabajo de Fernando Arroyo recoge una serie de declaraciones de científicos y de determinado personal especializado perteneciente a los servicios públicos, tanto españoles como portugueses (pues toda la región del Algarve correría la misma suerte que las costas onubenses y gaditanas), además de alguna superviviente como María Belón, que logró salvarse, junto a su familia, de la catástrofe acaecida en 2004 en Tailandia, cuya historia real sirvió de base para la conocida película Lo Imposible, que aportan una serie de previsiones geográficas nada halagüeñas y a las que parece que se les está haciendo caso omiso desde las respectivas administraciones, más atentas por proteger una fuente de ingresos tan importante como es el turismo, que no en prevenir un posible desastre que, tal como se constata en la película, ya se ha producido en épocas pasadas. Dada la gravedad del tema, Cervantes opta por una partitura de características tensionales que sirve de enlace entre unas declaraciones y otras, puntuadas a su vez por filmaciones en plano general efectuadas por drones, motivo por el cual una determinada parte de las pistas de la grabación tienen una corta duración. No es el caso del bloque inicial, de más de seis minutos de duración, en el que Cervantes emplea formas minimalistas que propician una atmósfera de reminiscencias inquietantes, partiendo siempre de unas sonoridades generadas de manera electrónica mediante las que une el prólogo, confeccionado a partir de una síntesis de sucesivas intervenciones, la inclusión del título del film y la explicación del narrador sobre el movimiento de las placas terrestres y su imprevisible (aunque constatable) actividad.
El compositor elabora su partitura a partir de estos parámetros a medida que se introducen los diferentes elementos de prueba, como las mediciones de los especialistas en la prospección efectuada sobre el terreno que da lugar a la teoría de las “conchas apiladas”, que vendría a probar la existencia de maremotos en un pasado más o menos lejano, o los gráficos que muestran las fallas del Golfo de Cádiz, momento en que el compositor emplea su tema central ejecutado con una tímbrica minimalista que sugiere la “amenaza invisible” de ese posible tsunami. Es lo que indican los restos de “Baelo Claudia”, la ciudad costera cercana a Tarifa, en la provincia de Cádiz, con toda probabilidad arrasada en tiempos pretéritos por este fenómeno natural tal como revelaba la posición de sus columnas derribadas en paralelo cuando las ruinas fueron encontradas. El compositor dota de mediterraneidad su trabajo, constatable pese a su brevedad en “Generación Tsunami”, la segunda pista de la grabación, con la simulación mediante samplers de, por ejemplo, el laúd árabe y la guitarra. “Cabo Trafalgar” y “Víctimas” son ejemplos de esta conjunción entre los aspectos amenazantes que se sugieren con la electrónica y los más orgánicos que derivan de esos samplers. El contrapunto que otorga la percusión sintetizada, como en “Calles de Cádiz” y “Murallas de Cádiz”, muestra la amenazante realidad de que aquello que ocurrió en alguna ocasión podría volver a suceder en cualquier momento, algo concluyente en fragmentos como “Muy Pocos se Salvaron”. El ritmo tensional va en crescendo a medida que el narrador y los entrevistados enseñan las posibles consecuencias de la desatención de sus voces de alerta, incidiendo en la prevención (“No es escandalizar, es educar”, “Cómo actuar”), culminando en esas posibles situaciones reales ante las que se podría encontrar la población (“Mala gestión de los eventos naturales”), antes que Arroyo finalice, con la complicidad de Cervantes, su película mediante una impactante simulación de la escalofriante catástrofe, que lo sería menos con una buena (in)formación. Gran música formativa.
Frederic Torres
Jewell box con libreto de 8 páginas a color con fotografías
JUAN ARBONA COMELLAS –
Enhorabuena a todos los implicados en el proyecto.